En esta página
irá apareciendo únicamente lo que hicimos en la
última semana.
Ve a LO QUE HEMOS HECHO para
tener acceso a una lista, puesta al día cada semana,
con todo lo que hemos hecho en todas las clases
precedentes.
- Un análisis de los términos
(sustantivos y adjetivos) empleados en la doble
isotopía "Yo / ellos" que ya aparece desde el mismo
verso del poema de Luis Palés Matos permite concluir
que, de modo explícito, el "yo poético" adopta la
perspectiva del enunciador
legítimo en una sociedad cuya hegemonía
relega a sus integrantes afrodescendientes a una
situación de subalternidad; por eso el "yo poético"
marca una distancia infranqueable en relación con
estos "negros" con quienes no establece ningún tipo
de comunicación directa (de "diálogo"); por eso, lo
único que puede hacer es "dar[se] a imagin[árselos]"
(v. 15); por eso jamás emplea la segunda persona
sino la tercera, que es -como dirían los lingüistas-
la "no persona": (mira, por ejemplo, lo que indica
El ejercicio de la
subjetividad está en el ejercicio de la lengua. No
hay otro testimonio de la identidad del sujeto que
el que así da él mismo de sí mismo. Los pronombres
personales son el primer punto de apoyo para que
la subjetividad salga a la luz.
El él: es la
tercera persona, forma que no remite a "persona",
por estar referida a un objeto situado fuera de la
alocución Yo / Tú. Existe sólo por la oposición a la persona Yo
del Locutor, quien, enunciándola, la sitúa como
la "no persona". Tal es su estatuto. Es
el miembro no marcado de la correlación de
persona; no es jamás reflexiva a la instancia del
discurso y no es compatible con el paradigma de
los términos referenciales: aquí y ahora.
Necesita recibir un contenido referencial preciso;
necesita determinaciones cotextuales de las cuales
puede prescindir el Yo / Tú.
(El
ojo en la lengua, blog sobre la teoría
de la enunciación de Émile
Benveniste en su clásico manual
Problemas
de lingüística general)
- El "yo poético" que se arroga
el derecho de palabra y derecho de mirada sobre
"ellos" (quienes no tienen derecho a la palabra) no
forma parte de este "ellos", obviamente. ¿Quiere
esto decir que jamás un autor "negro" hubiera podido
escribir este poema... o sí, como provocativamente
-e inteligentemente- cuestionó Horacio? ¡Cuidado con
confundir al autor empírico y a la obra ficticia que
produce!
- Recuerda que el "yo poético"
es un mecanismo ficticio propio
al género poético, del mismo modo que el
"narrador" lo es en el narrativo: se trata,
insisto, de una "voz" tan ficticia como la de
cualquier otro personaje.
- Tampoco olvides que una obra
literaria se presta siempre a múltiples
interpretaciones; la lectura de lo que la obra
"dice" explícitamente se revela a menudo
insuficiente; en literatura, suele ser más
importante el cómo que el qué, las
connotaciones que las denotaciones...
- En la
segunda parte de la clase comenzamos a explorar el
creacionismo de Vicente Huidobro, que seguiremos
trabajando el 24 de octubre.
- Pero...
¿no le habrá pasado al poeta creacionista lo mismo
que al propio Satanás? El creacionismo (y, de alguna
manera, todas las vanguardias) tienen un objetivo
que, en última instancia, se convierte en una
aporía
(etimológicamente,
"un camino sin salida"): expresar lo
inefable, es decir, lo que no se puede expresar...
En otras palabras: hacer posible lo imposible,
como diría otro poeta vanguardista: Federico García
Lorca:
Poesía es lo imposible
hecho posible. Arpa
que tiene en vez de cuerdas
corazones y llamas. ("Este
es el prólogo" a las Poesías
completas de Antonio Machado)
- Los
neologismos, tan característicos de las obras
vanguardistas, son sintomáticos del
intento de romper esta aporía: de acuerdo, hay que
emplear un "material" existente, las palabras que
componen una lengua; pero ¡yo creo otras palabras
nuevas -Altazor,
Trilce-
a partir de las ya existentes (altura
+ azor, triste
+ dulce) y, así, yo creo mi propia
realidad subjetiva, en desacuerdo con la "realidad"
objetiva del diccionario!
- Otros neologismos más
radicales, en los cuales la palabra inventada se
convierte en un significante sin
significado: la
jitanjáfora
- El movimiento vanguardista
más extremo: el
dadaísmo
- Pues nada más por el
momento... hasta que decidas enriquecer esta página
con tu contribución al debate virtual.
¡Hasta entonces!
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