En esta página
irá apareciendo únicamente lo que hicimos en la
última semana.
Ve a LO QUE HEMOS HECHO para
tener acceso a una lista, puesta al día cada semana,
con todo lo que hemos hecho en todas las clases
precedentes.
Hola, clase. El 7 de noviembre
trabajamos la obra del peruano César Vallejo; un
poeta profundamente vanguardista (pues su obra
participa de los principales logros de las
vanguardias) y también antivanguardista (ya que
reniega de la vacua "novedad" despojada de humanismo
de una buena parte de las vanguardias de la época).
Como indicó Magdalena
en la conclusión de su ponencia del 17 de octubre,
el autor
peruano abominaba de la "poesía nueva a base de
palabras", que "se distingue por su pedantería de
novedad y, en consecuencia, por su compilación y
barroquismo", a la cual
oponía la deseable "poesía nueva a base de
sensibilidad nueva", la cual "es, al contrario,
simple y humana" ("Poesía
nueva", 1926). Estamos en las antípodas
del "cerebral" Huidobro (y también del ideólogo de la
"deshumanización del arte nuevo" José Ortega y
Gasset, que estudiaremos la semana
próxima): la experiencia vital es inseparable de su
trabajo poético.
Estudiamos concretamente su
poema "Piedra
negra
sobre una piedra blanca", un soneto
que supuestamente "respeta" la tradición, pero que
tanto en su forma como, sobre todo, en su contenido
la problematiza.
"Piedra
negra
sobre una piedra blanca", en
efecto, no respeta la rima clásica del soneto.
Esta distanciación sutil de la norma ya
anuncia de algún modo el hecho de que las
convenciones establecidas por la tradición son
insuficientes o inútiles para la expresión del
yo poético.
Con respecto a su poema
"Masa",
uno de los quince que forman su poemario España,
aparta de mí este cáliz, de modo
completamente explícito, el título se conecta
intertextualmente a la frase "Padre,
aparta
de mí este cáliz", que supuestamente
habría pronunciado Jesucristo la víspera de su
crucifixión. En el caso de "Masa",
también rastreamos las más implícitas -pero
perfectamente identificables- referencias
religiosas que se desprenden de este intento de
que "no siga muriendo" el combatiente muerto, el
cadáver... quien, en la última estrofa y ante la
insistencia de "todos los hombres de la tierra",
se incorpora, abraza al primer hombre y se echa a
andar...
Lo significativo es que el
"milagro" no lo realiza esta vez "un hombre" (por
muy "hijo de Dios" que sea), como lo fue en el caso
de la
resurrección
de Lázaro; ni "dos", ni "veinte, cien,
mil, quinientos mil"; ni siquiera "millones de
individuos". Son necesarios "todos los hombres de la
tierra". Ésta es la "masa" que da el título al
poema. La fe ya no se proyecta a un ser
transcendental, sino a la utópica unión de toda la
humanidad. El ideario que mueve y conmueve al yo
poético-narrador y, a través de éste, al autor (al
hombre) César Vallejo no es la religión, sino más
bien el
socialismo, entendido más como una
utopía
que como una ideología.
Como acertadamente indicó Margot, se puede matar al
hombre, pero no a la idea...
Me pareció, por cierto, muy
brillante la interpretación alegórica de Magdalena
según la cual "el cadáver" que sería la República
española termina "echándose a andar" gracias al
apoyo de todos los hombres de la tierra", es decir:
los numerosísimos trabajadores de todo el planeta
(de toda la Tierra) que se desplazaron a España y se
integraron a las Brigadas
Internacionales para luchar contra el
fascismo. El "milagro" de la resurrección ya no lo
realiza un ser sobrenatural -como
la que realizó Jesucristo con Lázaro-
sino el "tanto amor" de todos los hombres de la
tierra, que sí terminan siendo capaces de "poder
algo contra la muerte" que representa el fascismo...
Sería sin embargo ilusorio y
un tanto reduccionista creer que las referencias en
Vallejo son únicamente occidentales o
judeocristianas... Vallejo,
como tantos otros autores latinoamericanos del siglo
XX, no sólo ha bebido de las "fuentes" occidentales,
de la cultura letrada o del canon europeo. El gran
autor peruano señaló en
un
verso del poema "Himno a los voluntarios de la
República" (también perteneciente a España,
aparta de mí este cáliz) que su
labor se dirigía a "el analfabeto a quien escribo".
Este verso, según el gran intelectual peruano
Antonio
Cornejo
Polar,
"expresa en síntesis extrema lo
que de alguna manera es la aporía de un proyecto que
se autolegitima por, con y en su vinculación con los
estratos populares sin poder llegar a ellos por su
condición iletrada o porque, aun sabiendo leer, no
tienen la posibilidad real de hacerlo" (Escribir
en el aire. Ensayo sobre la heterogeneidad
socio-cultural en las literaturas andinas.
Lima: Horizonte, 1994: 174-175).
Esta vinculación quizá se
manifieste en una referencia al imaginario andino
en
"Piedra
negra
sobre una piedra blanca". En
efecto, la doble imagen "piedra negra / piedra
blanca" también aparece en "Qosqollay," una canción originalmente en
quechua de William Luna: "... Que magia
encierran tus templos / Koricancha y Machupicchu /
piedra blanca, piedra negra ..." Pues, en efecto,
Koricancha (Quri Kancha en quechua. o "Templo del
Sol", que se encuentra en Cusco) fue construido con
piedras de color claro, mientras que en MachuPicchu
predomina el granito de tonalidad más oscura.
Por supuesto, relacionar
el título del poema de Vallejo con las piedras
"negras" y "blancas" empleadas en la
construcción de los edificios incaicos no pasa
de ser una simple hipótesis de trabajo. Sin
embargo, se puede sustentar esta tesis pues la
dicotomía "piedra negra / piedra blanca" forma
parte de los imaginarios andino y amazónico:
"El patrón allqa
[concepto que se refiere a la relación
mutuamente excluyente de elementos opuestos] del
blanco y negro, como principio de fecundidad,
suerte y divergencia dinámica entre principios
contradictorios, está ampliamente difundido en
la cultura andina ... Las piedras blancas y
negras también expresaban ideas de deuda y
crédito en el aymara del siglo XVI ...
Renard-Casewitz ... ha analizado el contraste
entre la piedra negra de la brujería y el
cristal blanco del chamanismo entre los
matsigüenga del Amazonas."
Con esta cita no pretendo
demostrar que ésta sea la lectura "correcta" del
título del poema de Vallejo: ¡nunca hay "una"
única lectura correcta de un texto literario!
Simplemente, señalo que podría dar pie -tras una
documentación más exhaustiva- a una
interpretación defendible (argumentable,
convincente), junto a muchas otras diferentes y
complementarias; por ejemplo, la más
generalizada según la cual "piedra negra sobre
piedra blanca" hace referencia a la escritura:
la "piedra blanca" sería la página en blanco
(valga la redundancia), mientras que la "piedra
negra" representaría la tinta: las palabras
escritas... o, más bien, el mismo acto de la
escritura. Se trata aquí de otra interpretración
que no es contraria, sino más bien
complementaria de la
anterior.
Pues nada más... La semana
próxima, con "La
deshumanización del arte" de Ortega y Gasset,
estudiaremos una perspectiva muy diferente tanto
de lo que implica "la masa" (o, en plural, "las
masas" según el filósofo español) como de eso que
eso que Vallejo denomina "poesía nueva" y Ortega
"arte nuevo"...